No se la van a dar, pero si alguien merece la estatuilla es ella. Charlotte Rampling. La mirada más enigmática, ganadora del premio a la mejor actriz europea del año por "45 years" y Oso de Plata en la Berlinale. Desde "Portero de noche" (1974) y "La caída de los dioses" (1969) a "Stardust Memories" (1980) o "Bajo la arena" (2000), ha sido la intérprete iconoclasta y transgresora que recibe su primera nominación después de cinco décadas haciendo películas. Si los Oscar siguieran siendo homenaje y reconocimiento y no negocio y espectáculo, entonces podríamos sorprendernos. La Rampling no les necesita; tiene a sus espaldas la memoria viva de su talento y compromiso, y cuando anuncien a la ganadora, la más francesa de las británicas responderá con la sonrisa más elegante, porque sabe que al mundo nunca le enseñaron a ser justo.
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