martes, 8 de diciembre de 2015


MARTA ETURA ORA AL ALMA

Las cuatro formas de regar un huerto, los cuatro caminos de la comunicación con uno mismo, con un fuerte calado espiritual. Chevi Muraday (Premio Nacional de Danza 2006), muestra a través del lenguaje de la danza contemporánea los conceptos esenciales de la mística: acción, lucha, misticismo y amor desmedido. El leitmotiv del espectáculo son los cubos metálicos, que a menudo marcan los tempos de una coreografía liberada, dotada de la gracia y bien hacer de una intérprete poderosa llamada Etura. Una observación menos complaciente podría señalar, quizá, la necesidad del juego con el agua en su presencia física, que podría haber hecho del buen trabajo realizado una labor más ambiciosa, pues en verdad esta labor hubiera ido ya de vuelo. 


A través del movimiento y la palabra los bailarines, con Marta Etura a la cabeza, ponen en pie el universo afectivo e intelectual de Teresa de Ávila, la gran impulsora de una república de mujeres, la reformadora de los oscuros caminos de  una mal entendida religiosidad. Entender su manera de ver la relación entre cuerpo y espíritu es acercarse a su personalísima visión de la fe, comprendiendo todo impulso religioso desde una óptica netamente sensual. Es una dualidad mudéjar, como el propio imaginario de una mujer recordada en esta ocasión con motivo de la celebración de los 500 años transcurridos desde su nacimiento.


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