sábado, 10 de octubre de 2015

LA DESVERGÜENZA SE HACE CABALLERÍA

La desvergüenza se hace en España caballería, como se hace la busca del deseo antídoto. Darío Facal ha revisitado un texto fundacional, El burlador de Sevilla, y explotado con inteligencia la provocación que vuelve tan necesario el acercamiento de textos clásicos, embotados por el incesante rigor academicista, al tiempo más reciente, una era marcada por los paradigmas tecnológicos, la banalización de valores y el aislamiento. Con Álex García, Manuela Vellés, Marta Nieto, Eduardo Velasco y demás miembros de un reparto coral en sintonía, la pieza, lejos de desagradar o conmover, no deja indiferente. El trabajo de equipo consigue crear imágenes de gran belleza, como las de los primeros planos o los encuentros de las mujeres con el Don Juan. Algunos podrán hablar de cierto abuso del audiovisual, o de algunas transiciones bruscas, pero las partes pierden tono frente al todo, y el todo es impactante, libérrimo, original, firmado con la seña del director, esos micrófonos en alto, como en un concierto, que vuelven tan artificiosas las intervenciones, sin desfavorecerlas. El montaje es una celebración de los sentidos, una apuesta por la necesaria crisis de las normas establecidas. Sin filtros, las escenas de los encuentros se ven teñidas por fuertes pulsiones, un halo de muerte que acompaña sin descanso los caminos del burlador en el mundo. Un montaje enemigo del dogmatismo, que tal vez se distancie demasiado de la obra; un burlador que, tan heterodoxamente dirigido, cumple con creces aquello que le compete: seducir. Arriesgadísimo y gran acierto que los actores se graben entre sí, proyectándose sobre el fondo. 


La sensación de la pieza, el recuerdo más reciente, es similar a la que nos dejaba el poema de Rafael Alberti, Diálogo entre Venus y Príapo, con los versos abriéndose paso excitados.

De nuevo, una oportunidad para reencontrarse con ese personaje tan solo e insatisfecho, desconocedor de leyes y obediencias, vividor y asesino, víctima y verdugo. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario