domingo, 1 de marzo de 2015


CUENTO DE CUENTOS

Vargas Llosa toma ocho cuentos del Decamerón que adapta y filia en un texto teatral poderoso, complejo, que suscita un profundo uso de la mímica y que viene a rendir cuentas al que es el principal tema de su teatro: las sinuosas semejanzas, imprecisas medianías entre realidad y ficción, y cómo la inventiva ofrece una suerte de huida al socaire de narraciones y personajes.

Cabe destacar la fuerza mordaz del texto, con una crítica aguda a los comportamientos mezquinos y sinrazones eclesiásticas. El propio autor, duque Ugolino, sostiene con contenida voz, dicción mayúscula, las historias que la imaginación despliega. Marta Poveda y Óscar de la Fuente combinan magistralmente las vises cómicas, un lenguaje corporal depurado y eficiente. Por otra parte, Pedro Casablanc encarna a un distorsionado Bocaccio, entregándose enérgico. Pero Los cuentos de la peste se ven sostenidos por la presencia y el talento de una gran actriz de teatro: Aitana Sánchez Gijón; su frenético dominio de las transiciones escénicas y el poder de su voz eclipsan la escena toda rindiendo el avance de la peste y las sombras. Aitana, toda luz, oficia el milagro de estos cuentos que transmiten tan bien el goce sexual, la irreverencia del Decamerón, ese monumento al hedonismo, la justificación de la vida. Bocaccio regocijado, irreverente, licencioso, como en un viento encabritado.




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