domingo, 3 de enero de 2016


OLVIDAMOS LAS COSAS QUE NOS HACEN FELICES. OBSERVAR A LOS PÁJAROS. BACH.


Weekend.
Un viaje personal, el de una mujer que es Charlotte Rampling, porque solo ella, mejor actriz europea del año y oso de plata en la Berlinale, podría darle tanta vida a un fantasma, una creación que se ve elogiada con el empaque de esa mirada gris, fuerte, que tanto ha dicho y a la que tanto le queda por decir en el cine. Si el anterior trabajo de Andrew Haigh, Weekend, no era sino el retrato de los momentos mundanos, los titubeos, la inercia y la duda del amor cuando nace y da los primeros pasos, entonces entre dos jóvenes británicos -Tom Cullen y Chris New- y a lo largo de un fin de semana, 45 años es la historia de la clausura de ese mismo amor, tal vez el de los accesos de duda, la más honda ironía, entre Rampling y el no menos laureado Tom Curtenay. La economía de la trama y de la emoción ayuda en el ritmo pausado, en la profunda humanidad que destilan los planos de una película que es una sutileza. Jessica Kiang lo ha llamado en su artículo del Indiewire “cirugía a corazón abierto”.

WEEKEND
45 AÑOS
Olvidamos las cosas que nos hacen felices. Observar a los pájaros. Bach. Eso piensa el personaje de Rampling en el film. La escena en que suena la canción de The Patters “Smoke get in your eyes” a toda brida, y ella queda inmóvil, el labio tembloroso, duele. No recuerdo ningún otro trabajo en que algo tan complejo sea explicado con tanta sencillez.

45 AÑOS no es sino la coda final, demoledora, que consagra a un director en ciernes, Andrew Haigh, con un pulso narrativo que, como ya vimos en la pequeña joya que es Weekend o en la serie de la HBO Looking, consigue filtrar la cámara por ese hosco agujero que hiciera Anthony Perkins en la pared del baño del motel de Psicosis para, siempre desde el prisma de las relaciones más sinceras, más sencillas, mostrarnos los intrincados recovecos del miedo, el deseo o la decepción. Sus historias, que son narraciones de a pie, epopeyas del día a día, se nos ofrecen como el gran sueño que se crea la mente de un voyeur cuando se vuelve ambiciosa y hasta perversa: la sensación del espectador es la de estar contemplando las escenas todas de los personajes desde un rincón en penumbra, en la misma habitación, la respiración contenida. Mejor no hacer ruido. 
45 años: https://www.youtube.com/watch?v=GiKe3KqLpCA
Weekend: https://www.youtube.com/watch?v=2EFttEiWlVA




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